Las empresas son cada día más exigentes, y los criterios de selección más rigurosos.
La “personalidad” del postulante cuenta hoy tanto como su “tecnicidad”, sino más. Los métodos y los instrumentos de selección se han perfeccionado.
Solicitar un empleo supone entrar en una larga y difícil competición cuyo resultado se decide en función de numerosos criterios. Este pequeño post sólo pretende aportar algunas claves para superar las pruebas sin cometer (casi) ninguna falta.
Dos reglas de oro:
- Seguir el juego a fondo
- Y no improvisar en absoluto.
El Curriculum Vitae
El CV es el primer contacto con la empresa, por lo que debe estar bien presentado.
Ya no vale escribirlo a máquina, ni utilizar una impresora de aguja. Hoy el CV se imprime con láser (una sola cara en papel blanco) con una compaginación aireada (margen de 4,5 y de 7 cm para los párrafos sangrados).
De salida, no ponga “Curriculum Vitae” para encabezar la hoja. Está claro que se trata de eso. En cambio, no olvide los datos del estado civil: apellidos (pero sin escribir “apellidos”), nombre de pila, nacionalidad, fecha de nacimiento o edad (puedes optar por no publicar tu fecha de nacimiento por conveniencia, pero nunca mientas), dirección, teléfono (no añada que tiene contestador, eso se supone), fax.
Nada de datos no nesesarios como el número de permiso de conducir, salvo que la función lo requiera.
Para la presentación, hay varias escuelas. Algunos creen que se ha de empezar por la formación, los títulos; otros, por la experiencia profesional, incluso si es corta. En realidad, lo que le interesa a usted es hacer destacar lo que tenga más sobresaliente, insistir en sus puntos fuertes. Un bachillerato, un “trilingüismo” o una experiencia profesional consolidada, merecen que los haga saltar a la vista con una buena compaginación. Ofrezca datos concretos: sus “victorias” profesionales, las responsabilidades que ha desempeñado, los presupuestos que ha administrado, el volumen de ventas que ha alcanzado.
O, si está en los comienzos, las responsabilidades que ejerció durante el periodo escolar, los detalles de las prácticas que hizo.
En lo referente al estilo, sea simple y directo: frases cortas, párrafos breves, utilización sistemática del punto y aparte para que el texto esté aireado.
También mencionar sus viajes al extranjero (no contar su duración), sus “aficiones” a condición de que sean activas (no señale el cine o la lectura como polos de interés).
Por último, puede añadir una foto (no una fotocopia de foto) a condición de que sea realmente valorizante. Si no es preferible que no la envíe.
Una última recomendación: revise el CV. Mejor todavía, que lo lea otra persona.
Hay veces que no se perdonan las faltas de ortografía en el CV.
La Carta de presentación
Se debe evitar que la carta sea demasiado genérica y, por supuesto, no enviarla fotocopiada. Haga el esfuerzo de escribirla a mano para cada postulación explicando por qué se dirige a esa empresa y no a otra.
La carta de presentación es todo un arte. Hay que saber valorarse y, al mismo tiempo, valorar a la empresa a la que se aspira. Sin que ello suponga caer en fórmulas narcisistas del estilo: “Estando deseoso/a de realizar un trabajo que esté a la altura de mi capacidad”. Ni en la adulación: “Su empresa ha sabido adelantarse de una manera formidable a la evolución del mercado…”. Ni tampoco en familiaridades:
“Ustedes y yo tenemos un punto en común…”. No. Se debe evitar toda esta verborragia y mostrar la motivación en un tono sobrio: porqué surgió la vacante, etc. El objetivo de esta investigación es presentarse lo mejor preparado posible, de modo de aminorar el factor “nervios” y poder dar la mejor impresión.
Preparación de la entrevista propiamente dicha:
- Pensar en las posibles preguntas que le harán. Para ello basarse en las exigencias del aviso y utilizar la información recogida tanto en la investigación externa así como interna. Elaborar las posibles respuestas.
- Practicar la entrevista: con amigos, familiares, video, espejo, otros.
¿Qué debe hacer durante la entrevista?
- Llegar puntualmente.
- Vestir de forma conservadora.
- Tener claro su CV.
- Tener claro de qué se trata la postulación.
- Manifestar interés en el trabajo.
- Si en el curso de la entrevista se da cuenta que no le interesa, mantener la cortesía hasta el final.
- Ser claro, preciso y conciso en las respuestas; explayarse cuando se lo soliciten.
- Mantener un trato formal: no tutear, no tomar bebida, café aunque se lo ofrezcan, no comer chicle.
- Mostrar una actitud proactiva: hacer preguntas cuando sea pertinente.
- Fijarse en su lenguaje corporal: ser expresivo y ser coherente con el lenguaje verbal.
- Saludar con apretón de manos firme, abstenerse de besar al entrevistador, salvo que éste lo haga.
- Agradecer al entrevistador por recibirlo.
- Mantener contacto visual y postura corporal apropiada: no desparramarse en la silla, no sentarse en la punta de la silla.
¿Qué no debe hacer durante la entrevista?
- Ser pasivo: se deben hacer preguntas pertinentes cuando corresponda.
- Competir con el entrevistador por la conducción de entrevista.
- Discutir con el entrevistador.
- Usar en exceso el lenguaje corporal.
- Usar exceso de perfume, adornos.
- Mostrar interés sólo por la renta, nivel del cargo u otros elementos exógenos: vacaciones, beneficios, otros.
- Mencionar nombres de personas para parecer importante.
- Dar respuestas demasiado largas o muy cortas y parcas.
- Comentarios negativos acerca de empleos, cargos o empresas anteriores.
- Marketearse o “venderse” en exceso.
- Hacer promesas que no pueda cumplir. Por ejemplo: “subiré las ventas al doble”.
Vigilar los propios gestos
Son muchos los asesores que se han entrenado un poco en “gestología”, la técnica de interpretación de las actitudes. Usted no les podrá hacer creer que es animoso si se presenta con los hombros hundidos o con una mirada evasiva. Ni dinámico si lleva la mano izquierda apoyada en la derecha (y al revés para los zurdos). Ni tampoco sincero si se tapa la boca con las manos. No será creíble.
En cambio, para imponerse, cruce la pierna derecha por encima de la izquierda.
Para seducir, la izquierda sobre la derecha.
Otro indicio: el apretón de manos. Si es demasiado rápido, revela falta de consideración (hacia el interlocutor) o una personalidad huidiza. Si es insistente, tendencia a farolear, al bluff, a una cierta adulación. Si es firma, es franca y expresa lealtad. Si es blanda, denota debilidad, falta de voluntad.
Hay ciertas cuestiones que se repiten inevitablemente; no improvise las respuestas:
- ¿Cuáles son sus principales cualidades y defectos?: para ser creíble, manténgase lo más cerca posible de su verdad. Nadie es perfecto, y no engañaría a nadie. Nada de llamar la atención sobre lo mucho que le cuesta despertarse por la mañana, ni de decir que no acaba de dominar el inglés.
- ¿Qué piensa aportar a la empresa?”: también aquí sea franco; evite las promesas exageradas y atribuirse una valía excesiva.
- ¿Está usted dispuesto a trabajar hasta tarde o fin de semana, o a cambiar de ciudad para trabajar en una filial?”: no se tome este tipo de preguntas al pie de la letra. Sí, usted está disponible, de lo contrario no estaría aquí. Sí, usted está dispuesto a hacer sacrificios (familia, amigos, hábitos) siempre que sean razonables y tengan una compensación.
- ¿Es usted autónomo en su trabajo?”: Sí, usted lo es, pero no olvida añadir que eso no quita para que sepa (y le guste) trabajar en equipo.
- Por regla general, evite responder únicamente “sí” o “no”. Explíquese. No hable de sus propias necesidades (es secundario) sino de lo que usted puede aportar a la empresa. Y, sobre todo, procure no ironizar ni gastar bromas (inútilmente); quedan fuera de lugar.
¿Qué hacer después de la entrevista?
Se sugiere escribir algún tipo de carta de agradecimiento. Dado que casi nadie lo hace, constituye un factor diferenciador de los demás postulantes.
Con ello se logra que se le recuerde en forma positiva, causar una buena impresión y que lo consideren o lo recomienden para alguna otra postulación.
25 preguntas típicas en una entrevista de trabajo:
Quien haya elegido ser empleado sabe que tendrá que pasar en algún momento alguna de esas arduas entrevistas de trabajo. Cada vez son más grandes la exigencias técnicas y sicológicas para poder formar parte de una empresa. Hay hasta varias etapas, una de recursos humanos, un técnica y otra de temas administrativos.
¿Cómo sobrevivir a todo esto? Bueno, mi idea fue ayudar un poquito con 25 preguntas típicas (e ideas para obtener buenas respuestas) que hacen en las entrevistas laborales.
1. Contame acerca de vos
Esta es la pregunta más común en las entrevistas de trabajo. Necesitás tener una oración corta preparada en tu cabeza, pero tenés cuidado para que no suene ensayada. Limitate a cosas relacionadas con el trabajo a menos que te pidan otra cosa. Hablá de cosas que hiciste y trabajos que tuviste que se relacionen con el puesto por el que te están entrevistando. Empezá con el antecedente más antiguo y avanzá hacia el presente.
2. ¿Por qué dejaste tu último trabajo?
Puede ser también que estés trabajando actualmente y la pregunta sea por qué querés abandonar tu trabajo actual.
Sea lo que sea, mantenete positivo sin importar las circunstancias. Nunca comentes un problema importante de administración y nunca hables mal de tus jefes, compañeros de trabajo o la empresa. Si lo hacés, serás vos el que quede mal. Seguí sonriendo y decí que te fuiste por una razón positiva, como por ejemplo una oportunidad para hacer algo especial o avanzar en tu carrera laboral.
3. ¿Qué experiencia tenés (en este campo en particular)?
Hablá de cosas específicas y que se relacionen con el puesto por el que te están entrevistando. Si no tenés una experiencia específica intentá acercarte tanto como puedas.
4. ¿Te considerás exitoso?
Siempre debés responder qué sí y explicar brevemente por qué. Una buena explicación es que tenés objetivos claros, algunos de los cuales ya los cumpliste y estás en camino de alcanzar los otros.
5. ¿Qué hiciste este último tiempo para mejorar tu conocimiento?
Intentá incluir actividades que se relacionen con el trabajo. Una amplia gama puede ser nombrada como auto-superación. Tené pensadas algunas por si te hacen esta pregunta.
6. ¿Estás buscando trabajo en otras empresas también?
Sé honesto y no pierdas mucho tiempo en este área. Mantené el foco en este puesto en particular y en lo que podés hacer para la empresa. Todo lo demás es una distracción.
7. ¿Por qué querés trabajar con nosotros?
Esto puede que sea necesario pensarlo muy bien y seguramente debas basar tu respuesta en una investigación previa de la empresa (otra pregunta común es ”¿Sabés algo de esta empresa?”). La sinceridad aquí es extremadamente importante y tu entrevistador la notará fácilmente. Relacioná tu respuesta con objetivos a largo plazo que tengan que ver con tu carrera laboral.
8. ¿Conocés a alguien que trabaje para nosotros?
Fijate que algunas empresas tienen políticas estrictas de parientes y compañeros de trabajo. Esto puede afectar a tu entrevista. Asegurate de no mencionar a ningún amigo o familiar si es el caso.
En caso contrario y si alguien te recomendó la empresa, nombralo y aclará los buenos valores que destacaron de la compañía.
9. ¿Qué remuneración pensás obtener?
Una pregunta difícil, con doble filo. Es un juego sucio que probablemente pierdas si respondés primero. Entonces, no la respondas. En cambio decía algo como: “Bueno, esa es una pregunta difícil. ¿Podrías decirme qué rango de números manejan ustedes para este puesto?” o algo así. En la mayoría de los casos, el entrevistador, con la guardia baja, te lo dirá. Si no lo hace, decí que no podés estar seguro porque depende de los detalles del trabajo. Luego dale un amplio rango.
10. ¿Estarías dispuesto a trabajar por la noche, horas extras o fines de semana? ¿Y a mudarte por el trabajo?
Deberías tener esto claro con vos mismo y con tu familia antes de que surja en la entrevista. No digas que sí solo para obtener el trabajo si la verdadera respuesta es no. Esto puede crear muchos problemas luego. Sé honesto y evitá dramas en el futuro.
11. ¿Considerás que trabajás bien en equipo?
Claro que trabajás bien en equipo. Asegurate de nombrar uno o dos ejemplos. Casos específicos que muestren como te desenvolvés bien con un grupo son buena evidencia. No te mandes la parte tampoco, decilo con un tono neutral. Este es un punto clave.
12. ¿Cuánto tiempo tenés pensado trabajar con nosotros si te contratamos?
Un tiempo específico no es para nada bueno. Algo como esto debería servir: “Me gustaría que fuera por un largo tiempo. O al menos mientras que ambos sintamos que estoy haciendo un buen trabajo.”
13. ¿Cuál es tu filosofía con respecto al trabajo?
El entrevistador no está buscando una disertación larga y preparada en este punto. Algo como que sentís que el trabajo tiene que cumplirse con dedicación basta. Ese es el tipo de respuesta que funciona. Corta y positiva, mostrando un beneficio para la empresa.
14. ¿Te echaron de un trabajo alguna vez?
Respondé honestamente. Si no te echaron, bien. Si alguna vez sucedió, decilo de forma breve y evitá nombrar cualquier cosa negativa acerca de la gente o la empresa para la que trabajabas.
15. Explicame por qué creés que deberíamos contratarte
Deberías estar contento si te dicen esto. Te da una chance única de resaltar tus mejores puntos y relacionarlos con el puesto requerido. Asegurate que tu respuesta de una idea clara de esta relación. No menciones ningún otro candidato para hacer una comparación.
16. ¿Cuál dirías que es tu punto más fuerte?
Aquí varias respuestas son buenas, simplemente mantenete positivo. Por ejemplo: tu habilidad para priorizar, tus habilidades de resolución de problemas, tu inclinación a trabajar bien bajo presión, tu habilidad para mantenerte concentrado en los proyectos, tu experiencia profesional, tu liderazgo natural, etc.
17. ¿Por qué creés que te iría bien en este trabajo en particular?
Da varias razones e incluí habilidades, experiencia e interés.
18. ¿Qué es más importante para vos: el trabajo o el dinero?
El dinero es siempre importante, pero el trabajo lo es aún más. No hay mejor respuesta que esa.
19. ¿Qué característica tuya destacó algún jefe anterior?
Hay muchas buenas posibilidades: lealtad, energía, actitud positiva, liderazgo, trabajo en equipo, experiencia, iniciativa, paciencia, trabajo duro, creatividad, etc.
20. Contame de algún problema que hayas tenido con un jefe anterior
Esta es una gran trampa. Sirve para ver si hablarías mal de tu jefe. Si caés y explicás un problema con un jefe anterior probablemente arruines el resto de la entrevista. Mantenete positivo y desarrollá una mala memoria acerca de cualquier problema con un supervisor.
21. ¿Considerás que trabajás bien bajo presión?
Podés decir que mejorás tu rendimiento bajo ciertos tipos de presión. Nombrá un ejemplo que se relacione con el tipo de puesto por el que te están entrevistando.
22. ¿Qué te motiva a dar lo mejor en tu puesto de trabajo?
Esto es una cualidad personal que solo vos podés decir, pero buenos ejemplos son: desafío, logros y reconocimiento.
23. ¿Estás dispuesto a poner los intereses de la empresa por encima de los tuyos?
Esta es una simple pregunta de lealtad y dedicación. No te preocupes acerca de las profundas implicaciones éticas y filosóficas, solo decí que sí.
24. ¿Qué aprendiste de los errores en tus trabajos anteriores?
Acá tenés que obligatoriamente decir algo o perderás credibilidad. Asegurate que sea algo chico, un error sin mala intención y con una lección aprendida que sea positiva. Un buen ejemplo sería haber trabajado más rápido que tus colegas en algún proyecto y que por lo tanto complicó la coordinación entre ustedes.
25. ¿Tenés alguna pregunta para mí?
Siempre te conviene tener algo preparado. Preguntas tales como de qué forma te vas a insertar al trabajo, cuando podés empezar a ser productivo o sobre qué tipo de proyectos vas a trabajar son buenas opciones.
muy bonito trabajo los felicito porqueme siervio para información de unos alumnos sobre como deben de prepararse para una entrevista de trabajo gracias
de nada!!!!!!!!!!!!11