El virus de la mediocridad

“Las grandes almas siempre se han encontrado con una oposición violenta de las mentes mediocres”, dijo Albert Einstein y con esta frase quería empezar este posteo. Existe un trastorno de […]

“Las grandes almas siempre se han encontrado con una oposición violenta de las mentes mediocres”, dijo Albert Einstein y con esta frase quería empezar este posteo.

Existe un trastorno de la personalidad caracterizado por la exacerbación de tendencias repetitivas e imitativas, la apropiación de los signos externos de la creatividad y el mérito, el ansia de notoriedad y la intensa envidia de la excelencia ajena, que procura destruir por todos los medios a su alcance al optimista inteligente; este es el mediocre.  El mediocre, ante su incapacidad o impotencia para desempeñarse adecuadamente, impide que otros que sí pueden desempeñarse eficazmente, lo hagan, desatando contra ellos toda una persecución.

Pero, ¿qué es ser mediocre? El mediocre es alguien que está resignado a su concepción de las cosas. La forma es la jactancia: la idea de que el saber que tiene es suficiente. No hay nada nuevo que aprender.

La persona mediocre es conservadora. Lo rodea cierto dogmatismo. No está dispuesto a que la realidad exceda lo que ya sabe. Necesita adaptar lo real a sus propias nociones de realidad.

El mediocre es un individuo ambicioso y de escasa valía personal que aprovecha las oportunidades para entorpecer o eliminar a una persona más calificada.

La mediocridad presenta una especial incidencia político-social porque mantiene disfuncional al sistema del país, donde las oportunidades potenciadoras del desarrollo (progreso), se convierten en limitadoras, generando un retroceso.  De igual manera, el mediocre compulsiona su obsesión para destruir el desarrollo humano, con el propósito de preservar y defender la integridad de su propia personalidad enfermiza.

El mediocre en el trabajo:

El mediocre es un personaje bastante frecuente en los ambientes de trabajo. Aquí vamos a detallar una serie de características acerca de este tipo de individuo/a que suele aparecer y perjudicar bastante el rendimiento y el clima laboral.

Este tipo de personas, en general aunque no excluyente, suelen ser personas sin formación o capacitación profesional.

Han accedido a un cargo o función laboral a través del “amiguismo”, amigos o familiares que “les dan una mano” para conseguir el empleo.

Se valen de mecanismos bastante lamentables para progresar y escalar niveles en la empresa. Estos métodos que utilizan, en general, se basan en utilizar estrategias de desprestigio hacia quienes podrían llegar a ser competidores, sobre todo aquellos con mayor formación profesional.

Para esto utilizan y manipulan información así como inventan mentiras que tienen el objetivo de perjudicar a un compañero. En general, son personas que hace ya unos cuantos años ocupan un lugar en la empresa y no se han destacado justamente por llevar adelante de buena forma su tarea sino que más bien están en la búsqueda de puestos de poder. Esto quiere decir que utilizan la perversión institucional.

Es decir, son personajes muy perjudiciales para una organización ya que no contribuyen en nada al rendimiento de la organización del trabajo así como tampoco al clima o ambiente laboral.

Lo peor de todo es que con bastante frecuencia, estos personajes logran sus objetivos accediendo a puestos de poder de las organizaciones con los perjuicios que esto genera en detrimento de aquellos más capacitados, que más tiempo y sacrificio tuvieron en sus años de estudio así como en lo relacionado a su calidad humana.

Es una realidad que existe en el mundo del trabajo y se debe estar alerta ante estos personajes y situaciones, fundamentalmente por parte de los dirigentes de las organizaciones del trabajo.

Tipos de mediocridad:

La persona mediocre tiene tres tipos de trastornos de personalidad, que constituyen una verdadera enfermedad mental.  Estos son: narcisista, paranoide y psicópata.

Narcisista:

El narcisista hace una extensión de su mediocridad, se preocupa por no seleccionar y/o contratar para sus equipos a personas que puedan ser más capaces que ellos.  De este modo, van extendiendo a su alrededor una atmósfera de mediocridad, en la que su capacidad pueda despuntar.  El narcisista sólo puede sobresalir en entornos más mediocres que él.

Paranoide:

En el paranoide, uno de los rasgos característicos del mediocre es, que le gusta que le cuenten todos los chismes, con lo que siente que viola la privacidad y derechos de otras personas.  También el mediocre paranoide distorsiona, generaliza, exagera y selecciona la información del chisme que le interesa.

Cuando alcanzan posiciones altas y de dominio, se hacen acompañar de otros mediocres que interactúan ninguneándose unos con otros.

Estas personas mediocres paranoide y todos los que se asocian con ellos, tienen en común una incapacidad de afrontar la inadecuación profunda que sienten con su persona, lo cual es una amenaza verla superada en otros.

Psicópata:

El psicópata mediocre despliega al máximo su violencia psicológica y sus abusos con la distorsión, desacreditando a otros que puedan resultar peligrosos por su competencia, creándoles conflictos y rivalidades en las relaciones interpersonales.

La creencia irracional subyacente es poner a los otros mediocres a mentir y hacer trampas para que no los atrapen a ellos, es un chantajista emocional.

Normas del mediocre

A continuación describimos los artículos que rigen la moral de un mediocre:

1. Habla sin conocimientos.

Antes de hablar asegúrese de que conoce del tema. Prepárese y quedará como un conocedor.

2. Promete hacer, pero no hace.

Si no puede hacer algo de corazón, coméntelo sin pena. Diga que no está en condiciones de hacerlo. No prometa sino está seguro.

3. Dice que asistirá y no aparece.

No prometa o diga que asistirá a un evento o reunión sino está dispuesto a cumplir la cita. Ya se sabe que el 99.9% de veces que no se asiste a un evento es por mera pereza.

4. Jura por Dios y no cumple.

No incluya a Dios en vano sino está dispuesto a cumplir su palabra. Esto se conoce como Hipocresía.

5. Critica a los demás y no se critica.

Antes de criticar a los otros, sea por la razón que sea, buena o mala, pregúntese qué ganará con eso. La mayoría de veces, no se gana sino enemistades.

6. Cree tener razón en todo.

Dé la oportunidad a otros de mostrar sus conocimientos y escuche atentamente, reflexionando sobre lo que otro dice antes de hablar y proponga lo suyo como una alternativa y no como una orden. A lo mejor le creen sin tanto esfuerzo y presión.

7. Mira a todos por encima del hombro.

No crea que los demás son inferiores a usted. Hay personas pobres que tienen más capacidad que usted; jamás le discuta a un campesino.

8. No es nada amigable ni social.

El trato con los demás habla de usted por si sólo. No sea prepotente, las personas necesitan amistades y gente que las valore y quiera. Esta es una oportunidad para empezar a respetar y hacer amigos.

9. Siempre quiere figurar y disponer.

No figure en todo, pues hace daño a su imagen. Apoye a otros líderes que también tienen buenas iniciativas sin caer en el hacer por interés personal.

10. Jamás lee un libro para aprender, pero sabe de todo.

Lea, lea, lea, en los libros está la verdad. Las palabras son susceptibles al viento y pueden ser necias cuando no tienen connotación. Lo escrito perdura.

11. Nunca tiene problemas, todo le es fácil.

El facilismo es la doctrina filosófica de la corrupción. No caiga en el engaño de creer que las cosas se pueden conseguir por vías rápidas y más fáciles. Lo que vale, cuesta. Las mejores cosas de la vida, toman buen tiempo en realizarse. Un bebé nace a los 9 meses, no en un fin de semana.

12. Cree que hablan siempre de él.

Deje de pensar que todos hablan de usted, sea bueno o malo, la gente tiene cosas importantes que tratar y aprovechan las reuniones para conversar de todo con otras personas.

13. Es vanidoso, adulador y creído.

No sea el adonis de la cuadra, esto va en contra de su integridad. La mayoría de las personas asocian la vanidad con homosexualidad, típico de los habladores y creídos.

14. Es gran disociador.

No intervenga en separar amistades o gremios por puro capricho. Las personas son susceptibles de creer todo lo que se les dice y esto es aprovechado por el hablador para crear enemistades. Vulgarmente se les llama “creadores de chisme”, “chismoso”.

15. Indispone y enfrenta a otros.

Como el caso anterior, interferir para disociar o acabar amistades o relaciones entre las personas por gusto y sin razones válidas es uno de los problemas que más adolece la sociedad.

16. Opina simplemente por figurar.

No opine, pregunte si no sabe, esto es de sabios.

17. Habla mal de los demás.

No solamente el mediocre disocia, sino que emite juicios denigrantes en contra de las personas dando calificativos falsos y vulgares, dañando la honra e integridad de los demás.

18. Se cree perfecto, superior, original e importante.

Ni el niño Dios lo fue. Por eso nació en un pobre pesebre y murió sobre unas tablas cruzadas.

19. Es el típico demagogo.

Apoyar a otros en la política, elecciones, gremios hablando maravillas de su postulante para conseguir un puesto, una posición social o un nombre es típico del perfecto mediocre. Vulgarmente se les conoce como “lambones”.

20. No contesta mensajes ni agradece.

Esto hace parte de la ética y la cultura que tenga la persona.

No dar importancia a las personas en cuanto a mensajes y agradecimiento es demostrar un pronunciado desprecio por los demás. Conteste los mensajes así sea un saludo y agradezca un comentario. Esto es de la etiqueta en las redes sociales.

21. Es impuntual o nunca cumple citas.

Aunque es un tanto difícil en algunos casos de suprema importancia, llegar un segundo después sea para lo que sea que haya sido invitado o se haya comprometido a asistir, es una falta de respeto. Llegar tarde es uno de los desaciertos culturales que se ha proliferado por casi todo el mundo. Haga todo lo posible por llegar unos 10 minutos antes a los eventos, es descortés interrumpir al expositor cuando usted llega tarde sin razón bien justificada.

22. Tiene vicios y malas costumbres.

Fumar en sitios no aptos, mascar chicle en reuniones serias, escupir, estornudar o bostezar sin taparse la cara, no contener gases, tomar en exceso o emborracharse en la calle, está considerado como actos de mediocridad. Respete las señales y hágase valorar en su dignidad. Drogado o borracho en cualquier parte es la imagen de su pensamiento y espíritu como ser humano sin valor. Simplemente demuestra lo que es usted por dentro. NO use dosis personales, este es el principio de aceptar que no se tiene cordura, voluntad y valor.

23. Se presta para lo corrupto.

El facilismo por obtener las cosas de manera inmediata es la forma más fácil de caer en la corrupción, sobre todo cuando no se está dispuesto a cumplir las normas sociales para el crecimiento personal. Apártese de los corruptos. Si no puede contra el corrupto, hágase a un lado. Renuncie de la empresa si es el caso.

24. Nunca está de acuerdo con algo.

Esto hace parte de la ignorancia que demuestra el mediocre, cuando sin razón alguna se lanza a opinar en contra o a menospreciar las ideas de otros. Escuche a los demás, a lo mejor es algo que puede cambiar el aspecto denigrante social que nos está afectando.

25. No apoya causas solamente por llevar la contraria.

Típica influencia mediática y mediocre de quienes no les parece que alguien deba continuar o seguir por un camino que va a beneficiar a muchos, cuando no es su pariente o un empleado de su empresa al que se le ocurrió la idea. Respete a los demás y apoye lo que pueda de las ideas y voluntades de otros, esto es digno de un sabio.

26. Cierra puertas y oportunidades a otros.

Aún a sabiendas que las personas son aptas y capaces para realizar diversos trabajos, este mediocre cierra las puertas y evita dar oportunidades para no sentirse desplazado. Su ignorancia e inseguridad en lo concerniente al crecimiento social, hace que las cosas no tengan salida o proyección.

Organice, escuche y reúnase con esas personas, a lo mejor usted termina liderando un gran movimiento, gracias a sus sentido común y voluntad para hacer que las cosas funciones.

27. Teme por su puesto en la empresa.

Del concepto anterior, el mediocre siempre cree que le van a quitar su puesto si da la oportunidad a otros de trabajar en el medio. Si usted cree que le van a quitar el puesto es porque no está preparado para sobrellevarlo. De la oportunidad a otros y haga de ellos sus amigos, a lo mejor le pueden enriquecer su puesto y mejorárselo.

28. Apoya a otros por mero interés personal.

He aquí cuando ciertas personas apoyan algo siempre y cuando obtengan beneficios como dineros o especies, dando trámites a proyectos, obras o servicios así sea de manera fraudulenta.

Esta es una advertencia de su estado de mediocridad, no permita que lo compren. Usted no tiene precio y si lo tiene, no es con plata con lo que usted se vende, sino con respeto.

Demuestre entonces su valor.

29. Explica sin que se le pregunte.

Empezar a hablar de algo personal sin que sea el motivo de la reunión es de aduladores que tienden a hablar de sus asuntos personales para crear admiración en los demás, logrando ser solamente objetos de burla. Deje que las personas lo feliciten y admiren cuando quieran y lo sientan de verdad. Usted haga lo que desee hacer y vivir pero afanarse por recibir felicitaciones es un defecto.

30. Adula con sus hazañas.

Como el caso anterior, las hazañas se comentan cuando se da la oportunidad. No crea que sus hazañas son únicas y que los demás no cuentan con suerte. Hay cosas que son más importantes tratar en reuniones que la capacidad que usted tuvo para llegar a pie al otro lado de la ciudad, cuando familias enteras lo hacen de departamento a departamento.

31. Se compromete fácilmente a todo.

Para quedar bien con las personas, muchos se comprometen a hacer todo lo que se les propone siendo este el error más grande, pues aunque la intensión es ser amable, no cumplir puede ser traumático, cuando es usted el que queda como mentiroso.

32. Habla a menudo con palabras soeces.

Desafortunadamente la tendencia a hablar utilizando palabras vulgares está muy arraigada en nuestro medio sin importar a quien se está hablando considerando que esta es una forma de romper hielos cuando se está frente a un extraño, dejando una mala impresión en ese extraño que lo considera un acto de vulgaridad y bajeza. Cuídese de utilizar estas palabras frente a cualquier persona, de eso depende su imagen.

33. Consigue las cosas intimidando a otros.

La no capacidad moral e intelectual para sugerir o solicitar algo hace que las personas con pleno uso de la inmadurez, coaccionen a otros para que las cosas se hagan. Esto está relacionado con los que hablan mal, disocian o separan gremios y amistades para obtener cosas de interés personal.

34. Se cree de clase alta y única.

Personas que creyéndose de sangre azul, consideran que los demás son sus súbditos y que se les debe halagar con saludos y rendirles pleitesía. Por lo general son personas que un día alcanzaron cierto puesto social y ahora se les olvidó cómo fue llegar a ese puesto. Si usted alcanza una meta, sea más humilde de lo que fue si quiere permanecer en ese nivel. Lo que sube, no lo haga bajar.

35. Engaña con falso carisma.

Una vez más la hipocresía es el arma de los mediocres, cuando con halagos y comportamientos embrujadores, demostrando ser una persona ecuánime cuando en la realidad no lo son, es un arma que está apuntando a la dignidad de las personas.

Aprenda a conocer a las personas llegando a ellos y tratándolas, pues pude caerse en el error de acusar sin razón o por pura presunción.

36. Envidia y odia fácilmente.

El mejor don del mediocre es la envidia lo que en grado sumo se ve acompañado de odio. No soportar que otros tengan cualidades y capacidades pone en evidencia los sentimientos de odio hacia esas personas que ingenuamente están cumpliendo con un deber natural.

37. Sabe levantar falsos testimonios y mentir.

La boca del mediocre puede lanzar cualquier atropello contra los demás y tienen la facilidad de mentir y convencer a otros a creer su mentira. Trate de verificar si lo que le dice una persona es verdad y por sus propios medios. No de nada por hecho hasta que no lo constate. Atrévase a hablar con la persona afectada por las acusaciones.

38. Siempre pregunta despectivamente ¿y eso para qué?

La ignorancia en el conocimiento y la ciencia siempre lleva al mediocre a preguntar para qué se hace o se va a hacer tal cosa despectivamente sin analizar personalmente la situación. Aporte pero no critique, colabore pero no juzgue, haga parte de lo que se va a realizar para que pueda dar opiniones y no opine sino va a colaborar, si al final no quiere pasar por necio.

39. No cree en la capacidad de otros.

Estas personas creen que lo que ellas piensan es lo mejor y no se dan cuenta que la tendencia es la que define las situaciones.

Somos parte de un todo y nadie tiene el absolutismo asegurado, así que su aporte e idea es sólo una pieza de las millones que se pueden presentar. Si otros tienen una idea, apóyela y haga que su idea sea incluida, a lo mejor es un gran aporte. No lo desperdicie.

40. Sabe que es mediocre y no se corrige.

Todos debemos corregirnos en algo, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver, así que es hora de que empiece a cambiar su actitud y muestre que usted vale sin criticar ni menospreciar a otros.

Triunfador vs. Mediocre:

Cuando un triunfador comete un error, dice: «Yo me equivoque»;

Cuando un mediocre comete un error, dice: «No fue mi culpa».

Un triunfador trabaja mas fuerte que el mediocre y tiene mas tiempo;

Un mediocre esta siempre «muy ocupado» para hacer lo que es necesario.

Un triunfador enfrenta y supera el problema;

Un mediocre le da vueltas y nunca logra pasarlo.

Un triunfador se compromete;

Un mediocre hace promesas.

Un triunfador dice, «Yo soy bueno, pero no tan bueno como a mi me gustaría ser»;

Un mediocre dice, «Yo no soy tan malo como lo es mucha otra gente».

Un triunfador escucha, comprende y responde;

Un mediocre solo espera hasta que le toque su turno para hablar.

Un triunfador respeta a aquellos que son superiores a él y trata de aprender algo de ellos;

Un mediocre se resiente con aquellos que son superiores a él y trata de encontrarle los defectos.

Un triunfador se siente responsable por algo mas que su trabajo solamente;

Un mediocre no colabora y siempre dice, «Yo solo hago mi trabajo».

Un triunfador dice, «Debe haber una mejor forma de hacerlo…»;

Un mediocre dice, «Esta es la manera en que siempre lo hemos hecho».

Un mediocre dice: “Hago lo que puedo”;

Un triunfador dice: “TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE” !!!

Antídoto contra los mediocres: aplique optimismo inteligente

El optimismo inteligente puede aprenderse.  Se trata de generar una expectativa global positiva acerca de uno mismo, de cómo van a ir las cosas, estado presente / estado futuro.  Esa expectativa positiva genera una serie de “profecías” sobre sí mismo que la persona tiende luego a cumplir, consistentes en la eficacia de sus comportamientos de respuesta.

La primera habilidad que debe aprender es a generar una buena expectativa acerca de sus posibilidades de resolver o afrontar el acoso del mediocre.  Así, tenemos que el aprendizaje del optimismo inteligente no conduce a una actitud pasiva e ilusa, sino más bien, a una actitud activamente emprendedora; con esto no se instala en una actitud resignada en la que sirva de pretexto para no dar respuesta eficaz a su situación.

El optimista inteligente debe tener como opciones de respuesta para fortalecer su desarrollo humano lo siguiente:

  • Enfocarse en las soluciones, no en el problema.
  • Elección adecuada de respuestas asertivas.
  • Trabajar basándose en resultados.
  • Recursos con que cuenta o crearlos.
  • Reaprendizaje reflexivo.
  • Organización personal.
  • Motivación, compromiso y persistencia.
  • Liderazgo persuasivo.
  • Trabajo en equipo.
  • Pensamiento sistémico.

El optimista inteligente es racionalmente emotivo, es la persona antídoto del mediocre, porque vive de forma ecológica: su bienestar personal es bienestar para los demás.  Con esto crece y hace crecer el mejor activo con que cuenta un país, sus recursos humanos. Su visión-misión es de soluciones que fortalecen y desarrollan respuestas de progreso.