Adicción a los videojuegos

Los videojuegos, una herramienta tecnológica de moda y casi necesaria en casi todos los hogares del mundo, se han convertido en un arma de doble filo para los aficionados a […]

Los videojuegos, una herramienta tecnológica de moda y casi necesaria en casi todos los hogares del mundo, se han convertido en un arma de doble filo para los aficionados a esta actividad lúdoca.

Los videojuegos comenzaron a extenderse de forma imparable a partir de la década de los ochenta, haciéndose un hueco en muchos hogares y generando alrededor un mercado que ejerce una gran presión económica. Existen estadísticas recientes que detectan el uso de estos juegos en uno de cada cuatro adolescentes españoles. Por otro lado, su difusión es mucho mayor entre los niños que entre las niñas.

Sus efectos en los adolescentes y sobretodo en los niños han sido muy discutidos, siendo catalogados habitualmente como nocivos sobretodo para éstos últimos. Ahora bien, según estudios recientes su uso sería perjudicial dependiendo del tipo de juegos utilizados (contenido) y del tiempo dedicado a ellos. A la hora de hablar de los videojuegos he procurado comentar por separado los posibles efectos nocivos y beneficiosos, así como una serie de recomendaciones para su uso adecuado.

Problemas debidos al uso incontrolado de los videojuegos

Por un lado, están ampliamente descritos en la literatura los efectos perniciosos derivados del uso excesivo. El empleo incontrolado de estos juegos puede suponer un desorden grave en la vida de los niños y adolescentes. El jugador obsesivo, ha perdido el control sobre el juego. Al principio el empleo de los videojuegos se hace de forma esporádica, a continuación la frecuencia aumenta hasta hacerse prácticamente diaria. En este momento la situación es de alto riesgo, advirtiéndose repercusiones sobre otros aspectos de la vida ordinaria. Si la adicción a los videojuegos va a más, el jugador puede acabar convirtiéndose según algunos autores en un verdadero ludópata.

La vida del jugador gira en torno al videojuego, centrando en él todo el pensamiento y recurriendo incluso a mentiras o artimañas para seguir jugando. En este punto, se antepone el uso del videojuego a otras actividades como el deporte, la lectura o el contacto con los amigos. Se produce incluso una ruptura con la vida social, llevando a un aislamiento de consecuencias nefastas (potenciación del individualismo). En los casos más graves, la práctica excesiva de estos juegos lleva al niño a una huida del mundo real encerrándose en otro virtual.

La atención puesta en el juego desarrolla un agotamiento y un cansancio del sistema nervioso con aparición de síntomas de depresión o ansiedad. Se produce en esos casos un deterioro en el rendimiento académico significativo apreciándose defectos en la capacidad de atención y un desinterés llamativo por las actividades escolares. Por último, estos niños pierden el control sobre sí mismos lo cual da lugar incluso a la aparición de síntomas de abstinencia cuando no pueden practicarlos o se les priva de su uso, unido a un comportamiento impulsivo y violento.

El uso excesivo de los videojuegos se ha relacionado también con un mayor riesgo de desarrollar un sedentarismo nocivo para la salud del niño o adolescente. Este sedentarismo ayudado por el consumo de alimentos perjudiciales (chucherías) desencadena la aparición de sobrepeso y obesidad.

Problemas derivados del contenido

Los efectos perjudiciales sobre la salud del niño dependen también del contenido de los videojuegos. Si se centra el interés en un determinado tipo de juegos, la práctica de los mismos se vuelve repetitiva limitándose la creatividad del niño o adolescente llevando a una verdadera atrofia de la capacidad imaginativa.

Especialmente nocivos son los juegos violentos (guerra, destrucción, violencia callejera, atropellos), con contenido racista o sexista (mujer como premio o víctima). Estos videojuegos pueden introducir pautas de comportamiento muy patológicas en una personalidad en formación como la del niño. En este sentido, no hay que olvidar que en la infancia y adolescencia el desarrollo de la personalidad depende entre otras cosas de modelos o estereotipos sobre los que el niño o adolescente centra su atención

He aquí algunos problemas presentados en los niños y adolescentes que se afanan en jugar por largas horas los juegos de video:

1-Pobres destrezas sociales
2-Falta de tiempo para la familia, el trabajo y los estudios
3-Calificaciones bajas
4-Ejercitar menos y ganar peso

5-Comportamientos y pensamientos agresivos

Algo positivo

Se reconoce por un lado, el videojuego «favorece el aprendizaje y crecimiento del niño o adolescente al obligarlo a superarse a sí mismo, buscar nuevos conocimientos y ganar en concentración», pero también «lo enajena del mundo real, lo aparta de la sociabilidad necesaria de su edad y trastoca su individualidad».

La consecución de un determinado objetivo por parte del niño para lograr un premio o concluir el juego, estimula a éste a perseverar en él. De esta forma se puede favorecer la adquisición de una mayor capacidad para la constancia en el esfuerzo. Además, el niño perderá en muchas ocasiones, así se puede aumentar la tolerancia frente al fracaso y la conciencia de la importancia de poner el empeño en intentarlo de nuevo cuando no se consigue algún objetivo.

La necesidad de rapidez en la toma de decisiones predispone al niño a actuar de esta forma sin dejarse llevar excesivamente por las dudas. También los juegos son beneficiosos a la hora de favorecer la coordinación visual y manual, potenciándose la adquisición de habilidades manuales. Se estimula la memoria y la capacidad para retener conceptos numéricos e identificación de colores facilitando el contacto del niño con el entorno informático.

Adicción a los videojuegos

La dependencia patológica de los jóvenes a los videojuegos, que supone desórdenes del sueño o situaciones de fracaso personal o escolar, preocupa a investigadores, que compararon el problema con la adicción de los apostadores.

Según un estudio, cerca de uno de cada 10 jóvenes estadounidenses que utilizan video juegos podría ser un adicto. Y es que la primera constatación de la investigación es que los jóvenes estadounidenses adoran pasar tiempo frente a las pantallas: un 90 por ciento dijo jugar regularmente.

Mienten, piden dinero prestado, estudian a medias, o no lo hacen en absoluto: según este estudio, realizado por el Instituto Nacional de Medios y Familia de la Universidad de Iowal (centro), los adictos a los videojuegos tienen comportamientos similares a los jugadores compulsivos por dinero.

De acuerdo al estudio, en promedio, los varones destinan 16.4 horas semanales a los videojuegos, muy por encima de las mujeres, con 9.2 horas por semana. Pero del 8.5 por ciento que presentó síntomas de dependencia, la cifra asciende a 24 horas semanales o unas 3 horas y media diarias.

Síntomas

El Instituto Nacional de Medios y Familia de la Universidad de Iowa consignó una serie de síntomas:

  • Uso del tiempo libre para jugar en la computadora o con los videojuegos
  • Dormirse en clase
  • No hacer las tareas
  • Bajo rendimiento escolar
  • Mentir sobre el uso de video juegos
  • Preferir jugaren vez de ver a sus amigos o salir
  • Robar dinero para comprar juegos
  • Se enojan cuando no juegan
  • Desórdenes del sueño
  • Ojos secos
  • Dolores de cabeza
  • Problemas de higiene
  • Distorsiones afectivas

Según la investigación para considerarse «dependiente», un joven debe acumular al menos seis de estos síntomas, que en menor medida afectan también a los otros jugadores: por ejemplo, un cuarto de los jóvenes interrogados dice jugar para escaparse de sus problemas. Una cantidad similar admite jugar cuando se supone que debería estar estudiando.

Los videojuegos más adictivos

Los videojuegos de rol multijugador masivos en línea o MMORPG (siglas del inglés de massively multiplayer online role-playing game), son videojuegos de rol que permiten a miles de jugadores introducirse en un mundo virtual de forma simultánea a través de internet e interactuar entre ellos. Consisten, en un primer momento, en la creación de un personaje, del que el jugador puede elegir raza, profesión, armas, etc. Una vez creado el personaje el jugador puede introducirlo en el juego e ir aumentando niveles y experiencia en peleas contra otros personajes (jugadores o no jugadores) o realizando diversas aventuras o misiones, habitualmente llamadas quests (literalmente: «búsquedas») en inglés.

Este género de videojuegos difiere de un juego de rol en línea multijugador no masivo en que éstos últimos tienen un número limitado de jugadores, es decir, los MMORPGs están preparados y elaborados de tal manera que admiten cualquier número de jugadores simultáneos (aunque en la práctica viene limitado por la conexión del servidor).

Este tipo de juegos implica la necesidad de una mayor cantidad de horas de conexión a internet y jugabilidad para que nuestro personaje pueda ganar más puntos de experiencia y nuevas habilidades. Esta necesidad conlleva a la adicción, justificada por medio de lo expresado anteriormente y potenciada por la competencia generada por el juego con el resto de los participantes.

Mitos y realidades acerca de la adicción a los videojuegos

El que pasa todo el día jugando es adicto: Como es obvio pasar tanto tiempo pegado a la pantalla puede ser un síntoma de adicción pero este no es el síntoma más importante, muchos jugadores pueden pasar de 2 a 7 horas seguidas jugando el problema en si no es el tiempo que pase jugando si no la frecuencia con que lo hace, si una persona juega 5 horas seguidas no es problema pero si juega 5 horas seguidas por 5 días seguidos esa es una alerta de que se tiene problemas, otro síntoma importante es cuando el jugador cambia sus hábitos normales por permanecer en la pantalla es decir que deja de salir con los amigos, falta a reuniones familiares, deja otros hobbies que no sean los juegos y cosas por el estilo.

Yo no soy adicto: Como todas las adicciones es muy rara la vez que la persona por si solo acepte su adicción ya que cuando se disfruta demasiado un juego es extremadamente difícil que se note lo que pasa a alrededor, en estos casos es mejor que la familia intervenga o por lo menos los amigos ya que ignorar el problema para no ofender a la persona traerá consecuencias más graves a la relación ya sea familiar, amistosa o amorosa.

Quitarle todos los videojuegos es la solución: A pesar de que esta parase ser la solución más inteligente en realidad viene siendo la menos conveniente, ya que la persona hará lo posible por conseguir lo que tanto disfruta y esto puede crear más conflictos en la relación sobre todo con los padres quienes son los que más usan esta “solución” para el problema de la adicción, una forma más eficiente seria reducir la cantidad de videojuegos o tiempo que pasa en ellos ya que es preferible una pequeña discusión a que la persona profundice más en la adicción.

Yo puedo salir solo de mi adicción: Como ya dije que alguien se dé cuenta de su adicción ya es difícil pero es aun mas difícil que salga de esta por si solo aunque no es imposible, la verdad es que se necesita ayuda ya sea de un familiar o de un amigo, aunque si se tiene la fuerza de voluntad se puede lograr salir se de esta adicción, el primer paso es alejarse de las personas que son también adictas sin son tus amigos comprenderán que deseas participar en otras actividades y si son unos intolerantes te reclamaran pero aun así tienes que romper unos cuantos corazones para librarte de esta adicción.

Es mejor que sea adicto a los videojuegos a que ande en la calle: Muchos padres piensan de la misma forma, pero mientras andar en la calle es un riesgo latente ser adicto a los videojuegos tiene otras consecuencias sobre todo en la salud de la persona ya que pasa mucho tiempo sentado, comienzan a tener malos hábitos alimenticios y en menor manera en el aspecto social ya que el jugador se vuelve retraído al punto de que solo habla con las personas del mimos ambiente o en algunos casos más graves dejan de comunicarse con cualquiera para aislarse.

Ser adicto es ser Gamer: Actualmente está de moda ser gamer y geek pero sentarte 3 días seguidos a jugar videojuegos no te convierte en ninguno de los dos, aunque el término gamer no es exacto ser refiere a las personas que en su vida están muy presentes los videojuegos no que su vida es los videojuegos, es decir juegan pero les dan lugar a otras actividades y a otras personas y por lo regular.

Ser adicto es ser “PRO”: No confundan a los adictos a los videojuegos con los “PRO” ya que viéndolo superficialmente parecen los mismo son dos divisiones de los gamers diferentes, la palabra Pro significa profesional (o para algunos avanzado) y no son más que los jugadores que convirtieron su afición a los videojuegos en su trabajo ya que muchos pros encontraron su lugar en la industria de los videojuegos ya sea como participantes de torneos o como probadores de videojuegos (llamados también Beta testers), si bien jugar mucho te ayudara a ser pro todavía tienes que aprender a controlarte a la hora de jugar.

Solo se es adicto a los MMORPG: FALSO por no decir completamente falso, la verdad es que se puede ser adicto a cualquier videojuego he tenido la experiencia de personas que juegan se pierden jugando FPS o juegos de estrategia y llegando a  sobrepasar el punto de adicción, si bien los jugadores de MMORPG son los que tienen gran tendencia a la adicción no son los únicos y tampoco fueron los primeros en demostrar adicción.

Síntomas de adicción a los videojuegos en los adolescentes

Aunque no existe un diagnóstico «oficial», las conductas de adicción a los juegos de ordenador, videoconsola e Internet han aumentado notablemente entre adolescentes y adultos. Como cualquier conducta adictiva, hay signos que la delatan si sospechamos que nuestro hijo podría tener una adicción a los juegos. Basta con que muestre solo dos o tres de estos síntomas para que su comportamiento se considere «adictivo».

Preocupación excesiva
Alguien que es adicto a los juegos de ordenador, videoconsola o Internet a menudo muestra una preocupación inusual con el juego o el ordenador cuando está lejos de ellos. El adolescente podría parecer distraído, irritable o desinteresado y hablar sobre el juego casi constantemente.

• Mentir sobre el uso del ordenador
Es común que una persona con comportamientos adictivos relacionados con el ordenador menosprecie la cantidad de tiempo que pasa frente al televisor o el ordenador. La persona puede poner excusas, como decir que «necesita» estar en línea o puede mentir abiertamente.

• Falta de control
Una persona que es adicta, o con riesgo de volverse adicta a los juegos, es incapaz de controlar la cantidad de tiempo que pasa frente al equipo. Puede conectarse con la intención de pasar 15 ó 20 minutos y alargar una y otra vez el tiempo hasta que han pasado varias horas.

• Pérdida de tiempo
Igualmente, una persona puede sentarse frente al ordenador, de nuevo con la intención de pasar sólo unos minutos, pero perder totalmente la noción del tiempo y de repente darse cuenta de que han pasado varias horas. No es raro que alguien con una adicción a los juegos juegue toda la noche y no se dé cuenta de cuánto tiempo ha pasado hasta que sale el sol.

• Impacto negativo en otros ámbitos de la vida
La persona pasa tanto tiempo frente al ordenador o la videoconsola, que tiende a descuidar otros ámbitos de la vida. Se puede alejar de amigos y familiares con los que previamente había mantenido una relación estrecha. Puede dejar los deberes sin terminar, obteniendo como consecuencia unas notas más bajas. En casos más extremos, el adolescente puede incluso descuidar la higiene personal, optando por jugar a los videojuegos en lugar de darse una ducha.

• Esconderse de situaciones o sentimientos negativos o incómodos
Algunas personas se vuelven adictas a los juegos porque los utilizan para automedicarse. Cuando se tienen que enfrentar a situaciones o sentimientos que no resultan cómodos (sentimientos de tristeza, discusiones con amigos o una mala calificación), pueden optar por «refugiarse» en el juego como método de evasión.

• Actitud defensiva
Cuando se les pregunta por su tiempo de juego o se les hace ver que es demasiado, pueden ponerse a la defensiva. La negación es a menudo una indicación de que algo está mal, sobre todo si a la persona no parece importarle que sus amigos y familiares se sientan abandonados o alejados de su vida.

• Mal uso del dinero
Alguien que es adicto a los juegos de ordenador, videoconsola o Internet invertirá una cantidad desproporcionada de dinero en artículos relacionados con la informática. La persona parecerá estar actualizando continuamente el hardware, los paquetes de software y los accesorios. Esto se convierte en un problema aún mayor si la persona gasta el dinero que debería utilizar para pagar las facturas, los comestibles y otras necesidades.

• Sentimientos encontrados
Al igual que con cualquier otra adicción, el uso de la «sustancia» –en este caso, el vídeojuego– provoca inicialmente sentimientos de euforia, pero esa euforia viene seguida rápidamente de sentimientos de culpa. La culpa se puede sentir por lo que se está haciendo mientras se está en línea o simplemente por la cantidad de tiempo que se pasa frente al ordenador.

Aunque esta lista no es exhaustiva, ofrece señales de advertencia para padres, amigos y otros familiares que estén preocupados por el uso que alguien hace de los vídeojuegos. Esta lista también la pueden utilizar como herramienta de autodiagnóstico aquellos que crean que pueden tener un problema.

Cómo controlar la adicción a los videojuegos

1. Reduce gradualmente el uso de tecnología. Para la pediatra y terapeuta ocupacional Cris Rowan, prohibirle a los jóvenes jugar con sus video juegos de un tajo no es la mejor opción. Según ella, es necesario que primero los padres se desconecten del uso excesivo de tecnología y comiencen a poner límites a sus hijos con el ejemplo.

2. Haz una lisa de metas y recompensas. De acuerdo a la la psicoterapeuta Gilda Carle, autora de Teen Talk with Dr. Gilda, hacer una lista de tareas a realizar con tiempo asignado a cada una de ellas le permitirá a los padres crear un sistema de prioridades y recompensas, entre las que estaría jugar un rato con video juegos, ver una película o ver la tele.

3. Reconéctate con ellos.
Hacer que los jóvenes se alejen de los video juegos requiere no sólo de prohibirles que jueguen con ellos sino de designarles tiempo sagrado para convivir con ellos, aconseja Rowan. «La raíz de la adicción es el miedo a sentir una conexión humana o la ansiedad social, como resultado de la poca formación de ese lazo familiar. Designar un tiempo ‘sagrado’ y sin distracciones de tecnología es el primer paso para reconectarse con sus hijos».

4. Explora nuevas actividades. Una buena forma de alejar a tus hijos de los videojuegos es intercambiarles gradualmente esas horas jugadas por otras actividades que les enseñen nuevas habilidades. Sin embargo la doctora Rowan señala que no todos los niños están interesados o valoran las mismas actividades que los adultos, por lo que será necesario buscar alguna que los motive y les cree un reto.

«Los videojuegos que promueven el resolver problemas de estrategia como los juegos educativos pueden ayudar a mejorar ciertos aspectos del rendimiento académico, pero si no se juegan en exceso», añade Londoño.

5. No antes de ir a la cama. No se debe jugar video juegos por los menos una hora antes de ir a cama, pues algunos juegos pueden interferir con la cantidad y calidad del sueño. Al igual que no se debe dejar de dormir las horas adecuadas a cambio de jugar videojuegos, pues el no dormir puede causar problemas físicos, académicos y de comportamiento para niños y jóvenes, explica Angela Londoño-McConnell, psicóloga latina miembro de la APA en Atlanta.

6. Establecer tiempos límite.
Es esencial que los padres impongan limites y reglas sobre cuándo y cuánto los niños pueden jugar video juegos y tratar de establecer estas normas desde un principio. La doctora Angela Londoño recomienda menos de 2 horas diarias al frente de un pantalla- ya sea televisión, computadora, o video juegos.

7. Crea roles individuales. Los chicos se benefician al saber que ellos tienen un rol en la familia y adquieren autoestima cuando se sienten productivos, explica la doctora Rowan. Establece retos y expectativas realistas para definir su rol y ayúdales a saber cuándo pueden probar con nuevas habilidades.