Los peligros de las sectas destructivas

Por lo general, los movimientos sectarios buscan captar a personas con afinidades parecidas pero que rompen con el sistema general impuesto en una sociedad. Con respecto a sus adeptos, lo […]

Por lo general, los movimientos sectarios buscan captar a personas con afinidades parecidas pero que rompen con el sistema general impuesto en una sociedad. Con respecto a sus adeptos, lo que buscan es rellenar un vacío espiritual o encontrar un grupo de hombres y mujeres con ideas parecidas a las suyas puesto que les cuesta relacionarse en su entorno habitual.

En cuanto a las sectas destructivas, resulta adecuada la definición de Pepe Rodríguez, gran estudioso de este fenómeno: “Secta destructiva será todo aquel grupo o dinámica grupal que, en su proceso de captación y/o adoctrinamiento, utilice técnicas de persuasión coercitiva que propicien la destrucción (desestructuración) de la personalidad previa del adepto o la dañen severamente. Que por su dinámica vital, ocasione la destrucción total o severa de los lazos y de comunicación afectivos del sectario con su entorno social habitual y consigo mismo. Y, por último, el que su dinámica de funcionamiento le lleve a destruir y a conculcar derechos jurídicos inalienables en su estado de derecho».

Origen del término

La denominación trae consigo un importante debate ya incluso para reconocer su etimología y significado. Unos piensan que «secta» viene del verbo sequor, que significa «seguir»; mientras, por el contrario otros hablan de que viene del verbo secare, que significa «cortar». Pero el dilema va más allá de nuestros tiempos, pues ya el mismo Cicerón utilizaba la palabra en latín de secta, para denominar unas veces un modo de vida o comportamiento moral y otras para nombrar a un grupo político. Séneca la utilizaba para designar una escuela jurídica, filosófica o médica. Y Apuleyo para hablar de una banda de forajidos.

Así pues el término de secta lleva consigo desde hace mucho tiempo la inseguridad de saber de lo que se está hablando. Generalmente se habla de secta religiosa como un grupo minoritario que realiza una serie de prácticas y cultos diferentes de lo que se ha llamado religión oficial. Pero desde hace un tiempo sabemos que el uso de esta palabra se ha cargado de un sentido peyorativo llegando incluso a parecer un verdadero insulto. Por ello estudiosos de la sociología religiosa, de la historia de las religiones, etc… suelen evitar el uso del término para no llevar a confusión ni faltar al respeto a numerosas tendencias religiosas que podrían llevarlo perfectamente en su definición natural. De esta manera los investigadores suelen utilizar otros términos para referirse a estos grupos como «nuevas religiones», «cultos», … De hecho la mayoría de las sectas prefieren hacerse clasificar por ellos y promulgan la eliminación del término despectivo.

Sea como fuere el fenómeno de las sectas siempre ha despertado un enorme interés y preocupación en la sociedad. Pero si cabe podemos decir que en estos tiempos de libertad de pensamiento y con la cercanía del nuevo milenio, la nueva era, … ha tenido una relevancia especial el surgimiento de las mismas. Las religiones oficiales o tradicionales ya no parecen dar respuestas a los fieles que buscan otras salidas que puedan cubrir su fe.

Bien, pero aunque podemos llamar sectas, eliminando el carácter peyorativo, a toda la serie de nuevos movimientos religiosos, si es cierto que desde siempre la sociedad y los gobiernos han buscado intentar «separar el grano de la paja» para descubrir cuáles de esas sectas podrían ser peligrosas. Para ello la Fundación Argentina para el Estudio de la Sectas realizó la siguiente división:

  • Grupos de riesgo (grupos no estructurados que se reunen por afinidad de ideología o prácticas comunes que proponenen diversos objetivos y que con el tiempo pueden llegar a esclavizar a los miembros del mismo. Se suelen encontrar entre individuos de clase media).
  • Sectas Peligrosas (suelen instalarse en barrios humildes y propugnan que ellos tienen la verdad suprema. Llevan consigo la limitación de ciertas prácticas como las sexuales, fumar, etc.) .
  • Sectas Destructivas (grupos perfectamente estructurados entorno a la figura de un líder y que mediante diversas técnicas consiguen la esclavitud de los fieles al gurú).De esta división se puede intuir que realmente el carácter despectivo que le dirigimos al término está en relación con las «sectas destructivas».

Características de una secta destructiva

Toda secta destructiva reúne los siguientes puntos:

  • Es un grupo cohesionado por una doctrina, encabezado por un líder mesiánico, ungido o divinizado «poseedor de la verdad absoluta». Estructura teocrática, vertical y totalitaria; la voz del o los líderes se acepta como dogma de fe, y no permite disidencia o crítica alguna de sus adeptos. Exige adhesión total a la secta y romper con todo lazo externo al grupo, sean estos afectivos, laborales, recreativos, familiares, sociales etc., ello bajo presión psicológica. Lo anterior lleva a vivir en una comunidad cerrada o en total dependencia del grupo; su actividad vital cotidiana es rigurosamente fiscalizada por el mismo grupo.
  • Suprime en mayor o menor medida las libertades individuales y el derecho a la intimidad.
  • Controla toda la información que le llega a los adeptos, incluso prohibiéndoles la relación con los ex adeptos.
  • Utiliza técnicas de manipulación y persuasión coercitiva, sutilmente encubiertas como técnicas de meditación, vigilias, dietas especiales, técnicas de relajación, cursillos, retiros, talleres, terapias, manipulación obsesiva del sexo (abstinencia o exacerbación del mismo) etc. Todo ello con vista de propiciar el deterioro de la voluntad y capacidad de análisis, reflexión y actitud crítica del adepto.
  • Visión maniqueista del mundo, la sociedad; polaridad entre el bien y el mal, «los elegidos” (naturalmente los adeptos a la secta) y los «otros» que son el resto («el mal»).
  • Proselitismo en mayor o menor medida, dependiendo del grado patológico de la secta.
  • La finalidad primordial de la secta destructiva: obtener en parte o todo el patrimonio personal del adepto o explotarlo económicamente al hacerlo trabajar sin recibir ningún tipo de compensación económica ni beneficios legales; por ejemplo, se ve obligado a vender productos (libros, folletos, inciensos, medallas, amuletos etc) elaborados por el grupo, o pagando grandes sumas de dinero para recibir cursillos, terapias alternativas, etc.
  • Control de la atmósfera social y de la comunicación humana. Esto implica coartar la comunicación entre los seres humanos a los que se desea controlar. Incluye obstaculizar la comunicación del individuo consigo mismo (por ejemplo, al evitar que éste cuente con tiempo libre para la reflexión personal).
  • Manipulación mística. Se construyen premeditadamente atmósferas “espirituales” que parecen espontáneas, pero que en realidad son artificiales y están planeadas y estudiadas para producir un efecto. La gente interpreta este efecto como una “experiencia espiritual”, al ignorar que fue una situación prefabricada, por ejemplo, redefiniendo el lenguaje: controlar las palabras sirve para controlar las ideas de las personas. Se adoctrina con conceptos simplistas. Por ejemplo, clichés que tienden a desalentar más que alentar el uso de la razón (“nadie puede utilizar su razón para alcanzar la iluminación”; “Sólo los elegidos pueden entender lo que sucede al interior de nuestra agrupación”). La doctrina es más importante que la persona. No importa lo que un ser humano esté experimentando en la realidad, la creencia en el dogma es lo más importante. La creencia del grupo rebasa la conciencia individual y la integridad, en cuanto a comprobar resultados. Un ejemplo se da cuando algún grupo proclama que Dios ha realizado milagros de sanidad, pero se niega a hacer las verificaciones científicas pertinentes. Puede ser, incluso, que una persona esté gravemente enferma y se asegure que no importa lo que se vea, ya está sana. Es más importante sostener el dogma que el bienestar de las personas y atender a lo que indica la realidad.
  • La ciencia sagrada. Doctrina con el absoluto científico y moral. El dogma es incuestionable. El culto a la confesión. Manipulación de la confesión pública para romper los límites personales.  Restricciones o prohibiciones a la privacidad personal.  Por ejemplo, la confesión de faltas o problemas tiene usos y limitaciones bien definidas tanto en el ámbito terapéutico como en el eclesiástico. En este caso, se abusa de su uso para denigrar y controlar a las personas a través de la información obtenida. Se intenta borrar la individualidad para controlar a las personas en masa. Demandas de pureza inalcanzables. Estándar inalcanzable de perfección para crear culpabilidad y vergüenza en los adeptos. La gente es castigada y enseñada a auto castigarse por no llegar a un ideal que de inicio es imposible alcanzar. La dispensación de la existencia. El grupo decide quién tiene derecho a existir y quién no. No hay ninguna alternativa legítima, sino sólo el pertenecer a esa organización en particular. En regímenes gubernamentales totalitarios, esta idea es lo que “justifica” la ejecución de disidentes políticos.
  • El Misterio. El secretismo que rodea a la práctica y creencias reales del grupo, utilizando tapaderas iniciales en las primeras fases de captación. Por ejemplo Shoko Asahara, gurú de la Verdad Suprema en Japón ofrecía cursos de yoga para reclutar miembros, y jamás les decía que su verdadero fin era formar guerrilleros «religiosos» para llevar a cabo actos terroristas. Para lograr esto sujetaba a la gente a una serie de técnicas psicofisiológicas de control sin que estos tuvieran conocimiento.

Los años 90: el boom del fenómeno de las sectas destructivas

Uno de los casos más impactantes de la Historia reciente fue el suicidio colectivo en Jonestown (o matanza según algunos supervivientes e investigadores de aquel suceso ya que al parecer no supieron lo que se proponían sus dirigentes hasta que llegó el momento y aún así, casi todos estaban drogados para poder anular su voluntad), en la Guyana, de los seguidores del reverendo Jim Jones; 913 muertos de los que 276 eran niños y niñas. Quince años después de aquel horrible suceso que sacudió al Mundo y a raíz del cual las autoridades tomaron conciencia del problema de las sectas destructivas, ya en los años 90, cuando se suponía que estaba superada esa fenomenología puesto que se había informado suficientemente sobre sus peligros, otro grupo, el de David Koresh, se inmola en Waco (Texas): nada menos que 80 personas.

La década de los 90 fue trágica en este aspecto: 48 seguidores de Luc Jouret se suicidaron en Suiza y posteriormente otros en Francia, en 1994. Ese mismo año, Marina Tsvygun, que aseguraba ser la reencarnación de Jesucristo, lo tenía todo preparado para que casi 800 personas se suicidaran, en la ciudad de Kiev, si no llega a ser por la intervención de la Policía. Sin embargo, su secta continuó captando adeptos y a mediados de los 90 eran 150.000.

Los sucesos en los 90 continuaron. En 1995, la secta “La Verdad Suprema” colocó bombas con gas sarín en el metro de Tokio provocando doce muertos y la intoxicación de 5000 personas. Al comprobar Shoko Asahara que el experimento había salido bien, fue más lejos y colocó un artefacto que contenía cianuro e hidrógeno en otra estación del metro que afortunadamente pudo ser desactivado a tiempo; de no haberlo conseguido, se calcula que hubiera podido matar a 20.000 personas.

Un estudio de 1997 estimaba en 3.000 las sectas destructivas existentes solo en Norteamérica; si les unimos las del resto del Mundo, el dato resulta escalofriante y más teniendo en cuenta que quince años después, este fenómeno continúa con todo su vigor, habiéndoseles unido los grupos milenaristas islamistas.

Sectas desde el punto de vista psicológico

Con respecto a la psicología, «secta es un grupo o movimiento, que exhibe una devoción excesiva a una persona, idea o cosa y que emplea técnicas antiéticas de manipulación para persuadir y controlar (a sus adeptos); diseñadas para lograr las metas del líder del grupo; trayendo como consecuencias actuales o posibles, el daño a sus miembros, a los familiares de ellos o a la sociedad en general» (según definición de Michael langone).

Veamos ahora la definición de un verdadero experto en la materia, alguien que incluso formó parte de una de las sectas más complejas e importantes y que sabe muy bien lo difícil que resulta salir de ellas; se trata de Steve Hassan, ex-miembro de la secta Moon y doctor en psicología, especializado en sectas destructivas: Una secta es cualquier grupo (religioso o no) que utilice técnicas de control psicológico para suprimir la personalidad e inhibir el juicio crítico y la libertad de decisión.

Existen cuatro criterios para detectar la manipulación mental:

  1. Control de la conducta.
  2. Control de la información (la que la gente tiene derecho a saber antes de ingresar a un grupo).
  3. Control de las ideas.
  4. Control de las emociones.

En esta línea, Margaret Singer, doctora en psicología clínica y profesora de la Universidad de California, considera que las sectas son realmente las estructuras jerárquicas y de poder de la organización, no los adeptos; éstos últimos serían víctimas, en todo caso.

Con respecto a la psiquiatría, el doctor Robert Lifton, que es también sociólogo, considera que el criterio principal para considerar a un grupo como una secta destructiva se basaría en la técnica de captación utilizada; si se recurre al lavado de cerebro, entonces es una secta destructiva.

Señales que indican la captación de una secta y consejos para contrarrestarla

Los líderes de las sectas obligan a sus adeptos a utilizar nuevas palabras ya que les da la sensación de exclusividad y unidad, pero al ser un lenguaje muy restrictivo reduce la capacidad para pensar y analizar, por otro lado, uno de los objetivos de los responsables de estos grupos: anular la capacidad analítica de sus fieles para que así no puedan cuestionarles y ser de este modo más fácilmente manipulables. En algunos grupos repiten continuamente frases o consignas. Por otra parte, algunas sectas utilizan una vestimenta diferente lo que ayuda a que se sientan con «otra onda» al común de los jóvenes. Por lo que actitudes así deben encender las alarmas paternas o por lo menos instarles a realizar un seguimiento de las actividades de sus hijos adolescentes sin llegar al agobio puesto que una de las consignas de los dirigentes de las sectas es rebelarse contra la autoridad de padres y tutores por lo que atosigar a sus hijos no es la solución ya que les estarían poniendo en brazos de esas sectas destructivas al buscar en ellas un desahogo.

Otra alarma es el debilitamiento físico. Las sectas tratan de aumentar su manipulación a través de dietas, ayunos prolongados, pocas horas de sueño y desenfrenada actividad laboral.

Tras un trabajo muscular intenso, es incapaz de un trabajo intelectual y se encuentra en estado de somnolencia. Experimenta dificultades para fijar su atención incluso por un tiempo muy breve sobre un objeto. Existe una disminución sobre el tiempo de reacción. El sujeto presenta entonces una mayor aptitud para someterse y obedecer.

El sueño responde a una necesidad vital de reposo periódico. Su ritmo está condicionado por una especie de reloj interior y por la sucesión del día y la noche. Es necesario para todos. Un individuo puede permanecer despierto una o dos noches; pero si prolonga la vigilia, manifiesta trastornos psíquicos cada vez más importantes, que se traducen en una alteración de la memoria lo que le lleva a razonamientos ilógicos y sobre todo a una pérdida total del sentido crítico.

La mayoría de las sectas no dejan dormir a sus acólitos más de 5 horas. La privación del sueño puede precipitar una psicosis latente en individuos aparentemente normales.

Además, está comprobado que la alimentación deficitaria, al cabo de cierto tiempo, provoca una disminución de la actividad cerebral. El sujeto comienza a presentar trastornos de la mente que pueden llegar hasta la pérdida del conocimiento. Pierde toda combatividad y parece incapaz de revelarse aun en el caso de que el sentido común se lo impusiera.

Una tercera alarma sería la pérdida de la individualidad. Cuando alguien entra a una secta pierde para siempre su intimidad. Existe la confesión pública entre los miembros del grupo en la que se cuentan sus problemas lo que genera un vínculo, porque cada uno se siente ligado al otro. La secta tratará de identificar y debilitar cualquier resistencia del nuevo miembro, por ello intentará rápidamente identificar sus temores, necesidades y las características que puedan ayudarle a ofrecer resistencia.

Por lo tanto, los mejores consejos para los padres serían:

  • Lo primero y clave para evitar que caiga en una red sectaria es no romper la comunicación. Hay una tendencia paterna a entrar en conflicto inmediatamente y discutir por todo con sus hijos. Se debe tomar conciencia de que un chaval que está siendo arrastrado hacia una secta o que ya está dentro de la misma es en realidad un enfermo y como tal debe ser tratado pero en ningún momento debemos violentarlo, pues solo conseguiremos que se aleje más. No ayuda nada recriminar su actitud ni es útil que los padres quieran causar algún tipo de pena en sus hijos echándoles en cara lo mal que se portan, porque entonces les darán la razón a sus “guías espirituales” que lo primero que pretenden es convencer a los muchachos de que sus padres son seres pobres de espíritu y lamentables que solo inspiran lástima pero que al andar por el mal camino educaran erróneamente a sus hijos por lo que es la secta donde encontrarán la virtud.
  • Es sumamente importante que los padres no cedan nunca a los pedidos de dinero del hijo o a las amenazas de que el día menos pensado se marcharán de casa. Si se les da dinero, irá directamente a la secta; no quepa duda ninguna.
  • La pubertad es la edad más complicada ya que ni son niños ni son aún adultos. Es el momento en que muchos y muchas jóvenes descubren la sexualidad y son los adolescentes quiénes más sufren las consecuencias de las sectas destructivas y no solo aquellas que incentivan el sexo, las que lo prohíben también son perjudiciales. En éstas se destruye el concepto del núcleo familiar; se diluye el control de los padres biológicos y el líder de la secta pasa a convertirse en el nuevo padre, mientras que la secta cumple el rol materno.

Con respecto a los niños que nacen en el seno de una secta, el líder decide, por ejemplo, cuando un niño debe ser castigado y los padres no sólo permanecen a su lado sino que también, a menudo, participan en las torturas y palizas que la mayoría de las veces serán fatales para sus hijos.

En la era digital en la que vivimos y en la que se estimulan las relaciones virtuales a través de Internet, también, como no, las sectas se han adaptado utilizando las redes sociales para captar adeptos, por lo que un nuevo tipo se une a la clasificación de las sectas. A los grupos de origen judeo-cristiano, los inspirados en las grandes religiones orientales, los islamistas, los que no profesan ninguna religión sino que tienen su propio código moral y espiritual y los underground surgidos en los 80, se unen ahora  las cibersectas. De momento, valga con avisar a los padres de que conviene vigilar los sitios del ciberespacio que visitan sus hijos, pero de nuevo dejando claro que sin utilizar armas excesivamente autoritarias puesto que sería contraproducente al sentirse sus hijos agredidos por lo que no dudarán en utilizar cualquier otro ordenador, de un amigo o un cibercafé, para conectarse a esos lugares perjudiciales. La solución sería realizar actividades conjuntas con los hijos acordes con sus gustos para impedir que pasen demasiadas horas con el ordenador, conectados a Internet, puesto que esto último provocará que los hijos apenas hagan vida social o familiar, obsesionados por su identidad virtual que puede llegar a anular por completo la personalidad física. Las redes sociales son de una gran utilidad práctica pero si los jóvenes se obsesionan con ellas, pueden llegar a desvirtuar su realidad para vivir una identidad ficticia que inventan amparándose en el anonimato que Inernet permite. Las sectas son conscientes de este poder y ya se han adaptado a su mecánica para captar nuevos adeptos.

Pautas para descubrir una secta

Tampoco hay en este sentido unanimidad para reconocer una serie de pautas que nos digan qué grupo es una secta, y sobre todo qué grupo es una secta destructiva. Lo que si está claro que el mayor peligro comienza a través de la manipulación mental y respecto a ello hay una serie de puntos estudiados por el investigador Robert Jay Lifton, que vienen a ser tomados actualmente como básicos para reconocer a una secta destructiva:

1. Control de la Atmósfera Social y de la Comunicación Humana. Con ello se busca el aislamiento social del individuo, procurando que no esté en contacto con ideologías o pensamientos diferentes a los del grupo. Suelen comenzar por apartarse de la familia y de los amigos. Pero también se produce este control dentro del grupo, procurando que el individuo no piense demasiado, teniéndolo todo el día atareado en las prácticas de culto u en otros deberes. No permitiéndole pensar.

2. Manipulación Mística. El o los líderes del grupo preparan un ambiente espiritual basado en una serie de milagros, profecías, experiencias místicas, … que hacen pensar al individuo que está en el buen camino «espiritual» tratando de captar toda su fe hacia lo que promulga el grupo, desconociendo el individuo que todo ello es artificial.

3. Redefinir el Lenguaje. Para dirigir el pensamiento de los fieles del grupo, se va introduciendo un lenguaje simple y preparado que anule la capacidad de crítica del individuo, de manera que se van estableciendo una serie de fórmulas de lenguaje y clichés. Se busca a su vez transmitir la idea de que sólo unos elegidos pueden comprender la verdad y que por lo tanto no hay que dar ningún tipo de explicación.

4. La Doctrina sobre la Persona. Esto quiere decir que antes de las inquietudes o necesidades del individuo o persona de dentro del grupo está la doctrina que promulgan y que practican. Es decir, se anteponen las necesidades del fiel a la doctrina que practica incluso en el caso de que ambas fueran contradictorias.

5. La Ciencia Sagrada. Se considera que la doctrina y prácticas doctrinales del grupo son irrevocables. La doctrina es capaz de darle respuesta al Todo a modo de única verdad absoluta y por lo tanto jamás estará sujeta a revisión.

6. El Culto a la Confesión. Con esta práctica se busca eliminar cualquier tipo de vida privada. El individuo pierde su individualidad para entregarse definitivamente a los designios del grupo. Se busca a su vez que ningún pensamiento del fiel sea desconocido para el líder, haciéndole creer que lo correcto es contarlo todo.

7. Demandas de Pureza Inalcanzables. Se busca la infravaloración y la culpabilidad del fiel a través de una idealización de la pureza absolutamente inalcanzable. De esta manera se realizan un serie de castigos y se anima al autocastigo dinamitando así la voluntad y la autoestima del individuo.

8. La Dispensación de la Existencia. Se juega con el miedo de los fieles y se decide quien puede o no existir e incluso cuándo se debe morir. Acompaña también a esta idea el «Solo podrás salvarte si sigues en el grupo, sino estarás condenado para siempre». Pero también hay otras pistas como el bombardeo de cariño, hipnósis, anulación de los valores morales anteriores, indagación de la infancia, compromisos financieros, cambio de dieta, mentiras a los ajenos al grupo …

El lider

La pieza clave de las sectas, especialmente de las destructivas, es el o los líderes. Ellos se autoproclaman «elegidos» para una determinada misión que incumbe a todo el planeta. De esta manera terminan por hacerse pasar e incluso creerse una especie de mesías o salvadores de las almas del mundo. Así fuerzan que poco a poco surja un importante culto a si mismo, de manera que la doctrina y la figura del líder se funden en uno mismo. Suelen ser personajes de carácter fuerte, con fácil palabra para convencer a los oyentes, desprenden una especie de magnetismo social que saben aprovechar. Poseen intuitivamente una gran capacidad de análisis social de manera que siempre dicen lo que los demás quieren oir. Se da por entendido que muchos de estos líderes pueden ser enfermos mentales que llegan a creerse los salvadores, pero la mayoría de ellos buscan alimentar su ego y sus ánsias de control.

Consejos

Lo más importante es procurar evitar caer en ellas. Si todavía no ha sucedido ésto, el método preventivo es lo mejor. Hay que recordar básicamente que cuando intentan captar a un nuevo individuo buscan complacerle en todo lo posible a través de respuestas sencillas, gestos y charla amena, …

Básicamente hay que tener en cuenta que lo que buscan los «captadores» es apelar a nuestras emociones. No intentan convencer a través de la mente, sino a través de la emotividad, creando así numerosas sensaciones de paz, armonía, alegría, etc. Especialmente «atacan» en momentos en los que descubren que el individuo pueda tener algun problema, estar deprimido o angustiado, etc. Así automáticamente ofrecen una excesiva animosidad y cariño ofreciendo protección ante el sufrimiento. En ese momento, el individuo es más vulnerable y en poco tiempo puede terminar aceptando lo que le dicen.

Un importante método de captación son las reuniones o conferencias de tipo espiritual. En este sentido, y si en algún momento decidimos acudir a ellas, debemos tener siempre presentes varias preguntas: ¿Qué ideología profesan? ¿Quién lo financia? ¿Qué quieren de mí? ¿Puedo abandonar la sala sin coacción en cualquier momento? ¿Me piden fondos económicos, y si es así para qué? etc.

Pero el mayor problema llega cuando uno ya está dentro. En este caso las familias y los amigos suelen preocuparse mucho por intentar determinar si los cambios de conducta de un individuo pueden tener que ver con que «haya caído» en una secta.

Una de las claves para descubrir si un familiar se encuentra en una secta suele ser el paulatino aislamiento que lleva con el tiempo a la ruptura total de las relaciones familiares. Pero también lo son la pérdida de interés por el trabajo, empobrecimiento de la capacidad de habla y comunicación, deterioro físico, inestabilidad emocional, ensimismamiento muy frecuente, etc.

Lo que se debe hacer

Lo más importante es buscar asesoramiento en profesionales acreditados en el tema. Pero aquí damos unas claves reconocidas y recomendadas por profesionales:

1. Como decíamos antes, lo más característico es el aislamiento. De manera que lo más importante es procurar no perder la comunicación con el individuo aun a pesar de que éste no conteste las llamadas o se deje ver muy pocas veces. En este sentido es muy necesario evitar las prohibiciones o ensañamiento por lo que está haciendo, si bien es preferible no hablar del grupo y mantener conversaciones dialogantes y con mucha capacidad de escucha. Lo más importante es mantener, al menos en apariencia una gran serenidad y tranquilidad con el adepto.

2. Manifestar continuamente, pero sin presión nuestro cariño y amabilidad hacia el individuo. Procurar evitar que se sienta marginado en la familia o en el grupo de amigos. De manera que hay que recordarle que siempre es bienvenido al núcleo familiar tenga las creencias que tenga.

3. Es importante también tener muy presente que el individuo está manipulado mentalmente, por lo tanto debemos tomarnos con calma las cosas que comente o diga a pesar de que nos parezcan terribles u obviamente contradictorias o falsas. Hay que recordad que no es él, el que está hablando. Así que conviene tener mucha paciencia y mucha desconfianza de lo que dice.

4. Hemos de procurar manifestar interés por las actividades del individuo, afín de llevar un diario o libreta donde apuntar todo lo que va sucediendo. Se deberían apuntar también los nombres, direcciones y teléfonos de aquellos individuos que sabemos que también pertenecen al grupo.

5. Recoger toda la información que podamos en prensa, libros, conferencias, etc. sobre el grupo en cuestión. Se busca estar informado al máximo sobre cómo funciona la secta y cuáles son sus características propias. Si es posible, incluso, ponerse en contacto con ex miembros del grupo.

Lo que no se debe hacer

Hay una serie de cuestiones que se deben evitar:

1. Una de las cosas más recomendadas es evitar mandar dinero al familiar o al amigo. No se deben suministrar fondos económicos ni al individuo ni al grupo, así limitaremos su capacidad de acción.

2. No dar ningún tipo de información familiar ni documentos originales al grupo y procurar que el individuo no disponga de ellos (excepto los suyos exigidos por la ley).

3. No utilizar palabras despectivas o fuertes críticas. Procurar no demostrar que va en contra de las creencias del grupo.

4. No apresurarnos a intentar sacar al individuo del grupo. Ha de ser algo paulatino, pues la mayoría de los grupos suelen alejar su presión de aquellos individuos que ya llevan un año en la comunidad.

5. No permita que le engañen supuestos «especialistas» cobrándole mucho dinero por novedosos tratamientos. Hay muchos estafadores que viven del tema.

6. Ante todo no se sienta culpable por lo sucedido. Tampoco se deje intimidar por el poder del grupo.

7. Si fuera el caso puede denunciar lo que está sucediendo.

Cinco peligrosas sectas que estremecieron al mundo

En las relaciones entre lo humano y lo divino no solo existen las religiones. Reducidos grupos disidentes de las grandes iglesias y lunáticos mesías que subyugan a otros también se cultivan con devoción, aunque dentro de un aura de secretismo y oscuridad. La aparición reciente de una secta rusa con fundamentos islámicos que criaba a niños durante más de una década en celdas subterráneas es un caso mediático entre otros que han hecho estremecer al mundo exterior, con asesinatos masivos, torturas y suicidios como prueba de fe y compromiso. Repasemos algunos sonados casos:

AUM SHINRIKYO (VERDAD SUPREMA)

Nació en Japón, en 1987, liderada por Shoko Asahara, su líder espiritual. Es famosa y mediática por haber perpetrado un masivo ataque terrorista en 1995 con gas sarín, matando a 13 personas e hiriendo a unas 5 mil. Las creencias de esta secta se derivaban del budismo y practicaban principios del yoga: creían que a partir de su práctica, llegarían a tener una serie de superpoderes para reconstruir la sociedad materialista. Su líder y semidios, Asahara, hoy está condenado a muerte junto a otros miembros de la secta.

LA FAMILIA

Tras salir de prisión por una serie de delitos, el criminal estadounidense Charles Manson fundó “La Familia” en 1967, que actuaría en San Francisco y Los Ángeles (EE.UU.) junto a un grupo de seguidores. Autodenominado la reencarnación de Jesucristo, Manson pensaba que una guerra de razas entre blancos y negros sucedería en 1969 y que el mensaje se lo habían dado nada menos que los Beatles. Uno de los crímenes que se derivan de sus creencias es el macabro asesinato de Sharon Tate (pareja de Roman Polanski) y sus invitados en su residencia de Beverly Hills el 9 de agosto de 1969. Según el propio Manson, este se inspiró en el tema “Helter Skelter” para perpetrar sus crímenes. LLeva preso más de 40 años.

EL TEMPLO DEL PUEBLO

Si bien esta secta empezó ayudando a los pobres en Illinois, Estados Unidos, las críticas en su contra por su secretismo motivaron a su líder, el autoproclamado ‘reverendo’ James Warren Jones, a convencer a sus seguidores a formar “una sociedad perfecta” en las selvas de Guyana, en un pueblo que llamó Jonestown. Ellos tildaban al capitalismo de ser el anticristo y sostenían que solo el comunismo los salvaría. Pero todo se derrumbó cuando un parlamentario de Estados Unidos fue enviado a esta comunidad para investigar: a este lo mataron, y según Jones, su sociedad no podía continuar más. Ordenó a todo su pueblo a suicidarse: 900 personas y sus niños murieron envenenados.

EL MOVIMIENTO PARA LA RESTAURACIÓN DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE DIOS

Fue formada en Uganda a finales de los 80 por la ex prostituta Credonia Mwerinde, quien dijo haber tenido una visión de la Virgen María e instaba a una visión estricta y literal de los mandamientos. Su barbarie se produjo cuando ocasionó la muerte de 350 miembros provenientes de distintas regiones de Uganda. Le habían prometido a su gente que el Apocalipsis llegaría el 31 de diciembre de 1999. Como no llegó, cambiaron la fecha al 17 de marzo del 2000 y aseguraron que la propia Virgen María bajaría a llevarlos. Una vez congregados los fieles y tras cantar himnos religiosos dentro de un templo cerrado, todo empezó a arder.

PUERTA DEL CIELO

Se hizo mediática en 1997, cuando se hallaron en una lujosa villa en California (Estados Unidos) los cadáveres de sus 39 miembros. Se trataba, según aseguraron posteriormente los investigadores, de una religión ovni y estuvo liderada por Marshall Applewhite, un ex catedrático de música. Todos los integrantes creían ser extraterrestres y renunciaron a todas sus pertenencias y hasta se castraron. Según ellos, detrás del cometa Hale-Bopp (se pudo observar en 1997) pasaría una nave espacial que se llevaría a los miembros de la secta. Por ello, se envenenaron dejando “su cuerpo de alquiler” para enviar con la nave su “espíritu ovni”. Un video mostró a sus cadáveres en camillas, con dinero y zapatillas Nike nuevas.

Videos

¿Qué es una secta?

Domumental: Sectas peligrosas (dividido en 4 partes)